Un derrotero no es mas que una historia, prácticamente una leyenda, que trata sobre minas de gran riqueza y que fueron descubiertas por cierto personaje (abundan en ellas los pastores, viajeros del desierto, prófugos, leñadores y cateadores), el cual no pudo posteriormente señalar su ubicación exacta o simplemente la veta había desaparecido. Segun el diccionario de terminos mieneros de don S.J. Villalobos, un derrotero es: un informe, habladuria, o surco que se abree en busca de la fortuna.
Estas historias fueron el deleite y la charla favorita del mundo minero antiguo nortino (actualmente, prácticamente todo esta descubierto y son pocos los que siguen soñando con ellos) y estas fueron el motor principal de la exploración del Despoblado de Atacama.
Los derroteros que circulan en el norte presentan ciertas características en común, como por ejemplo: algún leñador que arranco un matorral y de cuyas raíces pendían hilos de plata nativa y luego este se da cuenta que a unos pasos mas allá hay algún crestón, o la también común, el pastor que para proteger a sus cabras y ovejas lanza piedras a los zorros que las merodean, hasta que se da cuenta que esta lanzando rodados de plata pura. Pero ninguno de los dos es capaz de encontrar nuevamente el crestón o siquiera el paraje donde estuvo ubicado supuestamente.
Los derroteros que circulan en el norte presentan ciertas características en común, como por ejemplo: algún leñador que arranco un matorral y de cuyas raíces pendían hilos de plata nativa y luego este se da cuenta que a unos pasos mas allá hay algún crestón, o la también común, el pastor que para proteger a sus cabras y ovejas lanza piedras a los zorros que las merodean, hasta que se da cuenta que esta lanzando rodados de plata pura. Pero ninguno de los dos es capaz de encontrar nuevamente el crestón o siquiera el paraje donde estuvo ubicado supuestamente.
Otra característica común es que los derroteros están rodeados de un halo de misterio y muerte de los primeros que tropezaron con el tesoro, lo que le da cierto carácter trágico y de advertencia para el que se atreva a buscarlo nuevamente. A veces la muerte alcanza al protagonista cuando no ha dado suficientes datos o el protagonista, en su camino de regreso padece una extraña enfermedad, pereciendo en la aguada más cercana o también una caída mortal, una puñalada o una ejecución se llevan al sepulcro el secreto de la gran riqueza.
Abunda en los derroteros muy antiguos, el carácter confuso de su escritura y de las referencias que se dan para encontrarlo, por lo general no aceptaban mas rumbos del horizonte que hacia el despoblado, hacia el Perú, o a la parte de la cordillera o de la costa, al lado del carrizal, del Huasco o de Coquimbo. Esta particular característica (que se debe justamente a su carácter antiguo, cuando muchos parajes no tenían nombres) hizo fracasar muchas expediciones.
José Joaquín Vallejo (Jotabeche), gran escritor copiapino del siglo XIX, dejo estampado en uno de sus muchos artículos uno de los muchos derroteros, en este caso, el derrotero de Tres Portezuelos, escrito por un cura del siglo XVIII al lado del lecho de muerte de su descubridor. El documento dice así:
“Andarás como doce leguas por la quebrada de Paipote y tomando por un cajón que tiene en la entrada dos algarrobos muy gruesos, andarás hasta un portezuelo y al otro lado, después de unas quebradillas, encontraras una aguada, que tiene un chepical muy grande, y luego andarás a la izquierda por un llano que tiene mucha varillas, y después de andar hasta unas piedras muy grandes que están en medio del llano, andarás a la derecha siguiendo un zanjón hasta dar con unas lomas de arena. Desde estas lomas descubrirás mirando al lado del mar, un cordón de cerros, y andarás hasta llegar al cordón dirigiéndote derecho a unos tres portezuelos que se ven desde muy lejos. En el de tu izquierda, que subirás, encontraras una veta que la rumbearas a la derecha hasta dar con un picado de una vara de hondura, y un poco mas allá esta un crestón de plomería en el cual hay una cruz hecha con un cuchillo. Luego que encuentres esta riqueza, mandaras decir misa cantada todos los viernes del año por el alma del descubridor Fermín Guerra, pagándosela al cura Prieto a razón de veinte pesos cada una, quien hará la limosna de echar a lo ultimo un responso. Y te advierto que si no lo haces así, te ira mal. Se advierte que Guerra descubrió la veta, porque se perdió viniendo del Chañaral y del Pueblo Hundido, pero después volvió allá y trajo piedras que en artículo de muerte las ha mostrado al dicho cura, y servirán para su entierro.
Al pie de del portezuelo del medio, hay una buena aguada donde es muy fácil cazar guanacos y burros chúcaros.
Abunda en los derroteros muy antiguos, el carácter confuso de su escritura y de las referencias que se dan para encontrarlo, por lo general no aceptaban mas rumbos del horizonte que hacia el despoblado, hacia el Perú, o a la parte de la cordillera o de la costa, al lado del carrizal, del Huasco o de Coquimbo. Esta particular característica (que se debe justamente a su carácter antiguo, cuando muchos parajes no tenían nombres) hizo fracasar muchas expediciones.
José Joaquín Vallejo (Jotabeche), gran escritor copiapino del siglo XIX, dejo estampado en uno de sus muchos artículos uno de los muchos derroteros, en este caso, el derrotero de Tres Portezuelos, escrito por un cura del siglo XVIII al lado del lecho de muerte de su descubridor. El documento dice así:
“Andarás como doce leguas por la quebrada de Paipote y tomando por un cajón que tiene en la entrada dos algarrobos muy gruesos, andarás hasta un portezuelo y al otro lado, después de unas quebradillas, encontraras una aguada, que tiene un chepical muy grande, y luego andarás a la izquierda por un llano que tiene mucha varillas, y después de andar hasta unas piedras muy grandes que están en medio del llano, andarás a la derecha siguiendo un zanjón hasta dar con unas lomas de arena. Desde estas lomas descubrirás mirando al lado del mar, un cordón de cerros, y andarás hasta llegar al cordón dirigiéndote derecho a unos tres portezuelos que se ven desde muy lejos. En el de tu izquierda, que subirás, encontraras una veta que la rumbearas a la derecha hasta dar con un picado de una vara de hondura, y un poco mas allá esta un crestón de plomería en el cual hay una cruz hecha con un cuchillo. Luego que encuentres esta riqueza, mandaras decir misa cantada todos los viernes del año por el alma del descubridor Fermín Guerra, pagándosela al cura Prieto a razón de veinte pesos cada una, quien hará la limosna de echar a lo ultimo un responso. Y te advierto que si no lo haces así, te ira mal. Se advierte que Guerra descubrió la veta, porque se perdió viniendo del Chañaral y del Pueblo Hundido, pero después volvió allá y trajo piedras que en artículo de muerte las ha mostrado al dicho cura, y servirán para su entierro.
Al pie de del portezuelo del medio, hay una buena aguada donde es muy fácil cazar guanacos y burros chúcaros.
Copiapó, Julio 4 de 1792
A ruego de Fermín Guerra, por no saber.
NICOLAS PRIETO”
Mina Poderosa, 10 km al SE del Cº El Medanoso. (Foto por Make Stanne)
Mina Venado Norte, 15 km al sur de Carrera Pinto, en el faldeo del cerro donde hay se construira un observatorio. (Foto por Make Stanne)
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